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Me siento triste, ¿es normal?
La tristeza es una de las seis emociones básicas, así que la respuesta inmediata a "Me siento triste, ¿es normal?", sería: Sí, es normal. Tan normal como que la tristeza es una de las emociones que acompaña a los seres humanos desde hace centenares de miles de años.
Sin embargo, no nos resulta agradable experimentarla; de hecho, solemos hacer lo posible para evitarla a toda costa. Y lo hacemos no solamente porque la tristeza tenga una marcada connotación negativa, sino porque si miramos a nuestro alrededor, todo el mundo parece estar feliz. Vivimos en una sociedad donde la felicidad se premia, dejando a la tristeza en un mal lugar. Acabamos concluyendo que sentir tristeza es algo indeseable y, por lo tanto, intentamos esconderla. Pero si fuese así, ¿qué sentido tendría que fuese una de las emociones básicas?
De lo anterior se deriva la reflexión siguiente: quizás, más que pensar si es o no es normal que nos sintamos tristes, podríamos preguntarnos: ¿Por qué me siento triste?
El porqué puede que resulte evidente en ocasiones. Pero, en otras, no hay un único porqué, sino varios porqués. Y es que la tristeza no responde a un único estímulo, sino que puede ser resultado de acumular situaciones emocionalmente complicadas a nuestras espaldas - incluso si hasta ahora nos han parecido gestionables, es posible que causen mella en nuestro bienestar -.
Resulta conveniente, pues, hacernos las siguientes preguntas:
- ¿Cuándo suelo sentirme triste?
- ¿Qué factores, situaciones, personas o actitudes (propias o ajenas) pueden estar relacionadas con dicha emoción?
- ¿Qué podría hacer para intentar sentirme un poco menos triste?
- ¿Cuento con las herramientas o estrategias necesarias?
Por último, podríamos preguntarnos "¿A quién podría recurrir?". No debemos olvidar que pedir ayuda es un recurso tan aceptable como cualquier otro. No nacemos sabiendo cómo gestionar todas y cada una de las emociones y, mucho menos, cuando estas pueden resultar abrumadoras. Busca el apoyo que necesites y valora la posibilidad de apostar por la ayuda profesional.
